¿Notas más cansancio de lo habitual? ¿Sientes que piensas con lentitud y te cuesta centrarte? ¿A la hora de ir a acostarte por la noche estás como si hubieras corrido una maratón? Es posible que padezcas astenia primaveral, un trastorno bastante habitual en estas fechas y que puedes combatir adoptando un estilo de vida más saludable.
¿Qué es la astenia primaveral?
La astenia primaveral suele definirse como un estado constante de agotamiento y fatiga provocado por el cambio de estación y está asociado al exceso de luz solar. Junto al cansancio, la astenia también puede ir acompañada de somnolencia, apatía, mal humor, ansiedad, melancolía, dolores articulares o de cabeza y, en algunos casos, de depresión leve.
¿Cuál es la causa de la astenia primaveral?
Se estima que al menos un 2% de la población sufre este trastorno al comienzo de la primavera, siendo más probable que suceda en edades comprendidas entre los 20 y los 50, especialmente en mujeres.
La incidencia parece haber aumentando en los últimos años y, aunque no hay estudios con una muestra lo suficientemente amplia como para avalar esta afirmación, se estima que entre un 10 y un 20% de pacientes que acuden a consulta en atención primaria, durante las primeras semanas de la primavera, tienen síntomas compatibles con la astenia.
Afortunadamente, la astenia primaveral tiene una duración media de unas dos semanas y no requiere tratamiento alguno. Su origen parece estar relacionado con el hipotálamo, una glándula situada en el cerebro que regula funciones como la producción hormonal, la temperatura, la sed, el apetito, los ciclos de sueño y vigilia. El hipotálamo se ve afectado durante el horario de verano, especialmente cuando hay variaciones en la intensidad de luz solar y puede provocar este tipo de síntomas.
Además, la primavera llega acompañada de otras patologías como la alergia al polen, que puede desencadenar muchos de los síntomas asociados a la astenia primaveral.
De hecho, entre un 20% y un 25% de la gente sufre rinitis alérgica e inflamación, lo que además puede provocar fatiga y cansancio. Algunos estudios han concluido que tanto la alergia como la inflamación pueden afectar a la producción de algunos neurotransmisores como la serotonina.
6 pautas para aliviar la astenia primaveral
- Sigue una dieta equilibrada. Esta dieta debe ser rica en vitaminas y minerales, por lo que las frutas y verduras deben estar siempre presentes. Además, algunos alimentos estimulan la producción de serotonina, como los cereales integrales, el pescado azul, el aceite de oliva, las nueces, el queso fresco y las pipas de girasol.
- Mantener una hidratación adecuada. Bebe siempre que lo necesites. Procura priorizar el agua sobre los refrescos, zumos, etc. Esto mejorará las funciones renal e intestinal y contribuirá a limitar uno de los factores asociados a la astenia (baja presión arterial).
- Intenta dormir 8 horas al día. Nuestro ritmo de vida no siempre nos permite dormir lo que necesitamos, pero es recomendable intentarlo siempre que sea posible.
- Sigue hábitos saludables. Para poder seguir el consejo anterior de forma más efectiva, lo ideal es intentar establecer una hora específica para acostarse y despertarse (para comer también).
- Haz ejercicio moderado. Intenta salir a caminar al menos 30 minutos todos los días. Una buena opción puede ser también la práctica de Pilates. El ejercicio ayuda a liberar tensiones y mejora nuestra salud física y mental, proporcionando sensación de bienestar. Además, facilita el descanso nocturno.
- Evita el tabaco. Procura no beber alcohol ni tomar demasiado café o bebidas estimulantes. Recuerda que el café es un diurético, lo que significa que hace que expulses agua, deshidratándote y contribuyendo al cansacio generalizado. Prueba el té en lugar del café si realmente necesitas esa dosis de cafeína para pasar la mañana, pero procura beber agua a partir de ese momento. Tu cuerpo te lo agradecerá de muchas maneras.
Recuerda: Estas seis sencillas pautas pueden aplicarse también en tu día a día con el objetivo de llevar una vida más saludable, no solo en primavera para prevenir o aliviar la astenia.
En resumen, ya que los efectos de los cambios de estación sobre la fisiología humana están perfectamente documentados, la mejor forma de evitar o, en su defecto, aliviar el impacto negativo de la astenia primaveral es procurar adoptar y mantener unos hábitos de vida lo más saludables que puedas. ¡Nos vemos en clase de Pilates!